La última traición de Dylan
Bob Dylan ha vendido lo derechos del legendario Blowin’ in the wind: estandarte de la canción protesta de los sesenta. Su discográfica Columbia ha hecho oficial que este himno del movimiento pacifista va a ser utilizado para renovar la imagen de la compañía The Co-operative, un consorcio de consumidores que posee las mayores empresas agrícolas y de sepelios de Gran Bretaña, así como servicios financieros y legales. El poeta estadounidense justifica su decisión por los “principios éticos que mantiene la empresa, la cual se preocupa por el medio ambiente, el libre comercio y la responsabilidad social”.
No es la primera que vez que el artista ofrece su imagen y sus temas para anunciar algún producto, pero nadie hubiera sospechado que llegaría a vender la canción que le impulsó a la fama y encendió el fuego de la rebelión en millones de corazones.
Es sólo su última traición. La grandiosa Joan Baez, amante, amiga e inspiradora que sufrió sus traiciones, lo ha repetido muchas veces: “Bob siempre ha ido por libre”. Los que han creído en el como un redentor se equivocan. Es un gran autor de canciones, pero no es un héroe: ama el dinero tanto como a las mujeres. Y ya es decir, porque por su cama ha pasado una larga hilera de damiselas encandiladas por su aspecto frágil y su prosa mágica.
Si alguien aún duda y se pregunta porqué Dylan sólo se preocupa de si mismo, sólo tiene que escuchar su canción: “La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento”.
30 ene 2009
27 ene 2009
Asco en Sant Boi
La cobertura de la tragedia de Sant Boi pone en evidencia de nuevo a los medios de comunicación. Las fotos del dolor de los familiares son impúdicas, no aportan nada a la noticia y sólo buscan el morbo. Como periodista y padre, siento asco ante tal indignidad. Los funerales son un acto íntimo, no una atracción mediática: no todo vale para vender más periódicos y aumentar la audiencia. La pérdida de un hijo es lo peor que le puede pasar a una persona, pero compartir ese dolor con miles de ojos anónimos me parece repugnante. ¿Quién se acordará de estas familias cuando todo haya pasado? Nadie.
La función de los medios de comunicación no es vender el dolor humano sino buscar la verdad y reclamar a los políticos que no vuelvan a repetirse tragedias evitables. Aquí lo que interesa no es si una familia llora por la muerte de su pequeño sino las causas de la desgracia: ¿Por qué se hundió el túnel de bateo? ¿Por qué Protección Civil no impidió que la gente, y sobre todo los niños, salieran a la calle en pleno vendaval? Estas son las preguntas y las respuestas que deben publicarse en los medios y no una procesión de personas machacadas por la tragedia.
Señores de la prensa: hagan bien su trabajo. Como protesta, aunque sea simbólica, escribo este artículo en el que, por supuesto, no se publica ninguna foto del funeral. El dolor humano no es un producto de consumo.
Si alguien lee este blog, que no se quede con los brazos cruzados y escriba una carta de protesta a los directores de los medios de comunicación. ¡Basta ya de tanta inmundicia!
22 ene 2009
Un catalán en la Moncloa
El mundo entero se ha entregado por completo a la parafernalia de la investidura de Obama, en la que se ha gastado casi 50 millones de dólares, procedentes en su mayoría de las donaciones de magnates y estrellas del espectáculo. En España, se ha producido un gran seguimiento en los medios, como si la entrada en la Casa Blanca del nuevo presidente resolviera nuestros graves problemas: precariedad laboral, paro, falta de inversión en educación, aumento de la pobreza, etc. Más nos valdría fijarnos en nuestra piel de toro y no mirar tanto hacia el exterior. Todos los políticos patrios se felicitan por la elección de un negro, pero en España nunca ha habido un presidente catalán, por poner un ejemplo. Sólo accedió a ese honor Francisco Pi y Margall, en 1873, cuando por poco tiempo fue presidente de la primera República. ¿Alguien se acuerda de él?
Se critica el racismo de EEUU, pero se ignora que ningún candidato catalán puede optar a la presidencia de la nación. ¿Recuerdan el caso José Borrell, que ganó en 1997 las primarias del PSOE pero tuvo que dimitir tras conocerse una presunta trama de corrupción en Catalunya en la que estaba implicado? ¿Quién era la mano negra?
EEUU ha dado un gran paso y ha puesto a un negro, educado como un blanco, eso sí, en la Casa Blanca. ¿Para cuando un catalán en la Moncloa?