El dictador payaso

Chávez, cantante



Sátira sobre Chávez en una televisión venezolana. Privada, claro


El otro día miraba la tele con mi hijo y apareció Chávez haciendo una de sus fantochadas. Nos reímos un buen rato de sus tonterías. Es un dictador simpático, pensé. Ahora, ha ganado el referéndum que le permitirá ocupar el poder hasta el 2012. Es un hombre con dos caras: ante los medios aparece como un bravucón campechano, que suelta largas diatribas contra EEUU –que ya ha felicitado a Venezuela por el “espíritu cívico” de la consulta- y que incluso se atreve a cantar. ¡Un payaso, vaya! Entre bastidores, se comporta como lo que es: un dictador que sólo busca permanecer en el poder.
Hay algo que le une con otros dictadores. También Hitler y Mussolini tenían dotes de comediantes. Hitler, en los años 20, se paseaba con un traje típico de tirolés por Berlín, siendo el hazmerreír de todos. Nadie pensaba que llegaría un día a gobernar Alemania y a intentar conquistar el mundo. No es casualidad que Chaplin le imitara para su obra cumbre, El gran dictador. Mussolini era un actor de primera y adornaba de muecas sus encendidos discursos. Un fantoche como Chávez. Otro elemento común del triunvirato es su odio hacia los judíos. El centro Simon Wiesenthal acusó al presidente de Venezuela de organizar una campaña contra la comunidad judía, culminada el pasado 6 de febrero con el asalto a la sinagoga en Caracas. No en vano, Chávez ha firmado una alianza con su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, otro dictador que gobierna con mano de hierro el país de los ayatolás. Wikipedia ofrece una amplia biografía de este personaje, que entrenaba niños para enviarlos a limpiar campos de minas en la guerra contra Irak.
Tres dictadores cómicos. Pero dan más miedo que risa.